La I Guerra Mundial

 

Las guerras balcánicas, y en especial la Segunda, fueron un anticipo localizado de lo que vendría poco después: la encarnizada lucha por el dominio mundial, que ensangrentó gran parte del globo de 1914 a 1918. Dos imperios en decadencia, Austria-Hungría y Rusia, se debatían entre la revolución (recordemos la rusa de 1905) y el desmembramiento; ambas, espoleadas por sus rapaces burguesías, necesitaban conquistas territoriales y prestigio militar para enmascarar su crisis. Detrás de ellos se encontraban los auténticos contendientes: los capitalistas de Francia, Gran Bretaña y Alemania, dispuestos a masacrar a la clase obrera (incluyendo la de sus propios países) para lograr el trozo más grande de la tarta del mercado mundial.

La actitud traidora de los dirigentes de la II Internacional, que, violando los principios marxistas, apoyan a sus diferentes burguesías, contrasta con la actitud internacionalista de la mayoría de los socialistas balcánicos, que denuncian la guerra imperialista, y a la burguesía de sus propios países como primer enemigo. El auténtico espíritu comunista, desconocido por los burócratas estalinistas yugoslavos que sin casi transición se reconvirtieron en feroces nacionalistas serbios, croatas o eslovenos (los Milosevic, Tudjman y Kucan), quedó reflejado en el valiente acto de los diputados socialistas serbios, de votar en contra del Gobierno cuando pedía el apoyo de todos los partidos para detener la agresión austro-húngara.

La actitud internacionalista de los socialistas balcánicos se concreta en 1915 con la creación de la Federación Socialdemócrata Balcánica, que une a los partidos de Rumanía, Grecia, Bulgaria y Serbia, y que tendría continuidad a principios de los años 20 con la Federación Comunista Balcánica, "el primer paso práctico y decisivo dado en pro de la unificación de los pueblos balcánicos".

Como es bien sabido, fue precisamente la rivalidad, en la zona balcánica, de Austria-Hungría y Serbia, el motivo inmediato de la guerra, y el "accidente que reflejó la necesidad" el asesinato del príncipe heredero austríaco, por parte de un joven bosnio vinculado a la "Mano Negra" (sociedad secreta serbia de carácter chovinista y militarista).

Todos los países balcánicos participan en la "I Gran Matanza" imperialista. Grecia, Albania, Montenegro y Serbia, junto a Francia, Gran Bretaña y Rusia. Bulgaria, en el bando de Alemania, Austria-Hungría y Turquía.

La guerra fue una tragedia para todos los pueblos. Según John Reed9, el periodista comunista americano (que fue corresponsal en la zona), sólo en la primavera de 1916 murieron de tifus 300.000 serbios, el 9% de la población. La dramática experiencia de muerte, destrucción, epidemias y hambre, es lo que lleva a las masas de toda Europa a cuestionarse lo que, durante décadas enteras, no se les ha ocurrido cuestionar. ¿Quiénes les han llevado a esta situación? ¿Cómo acabar con ella? El choque de la realidad con la conciencia, espoleándola, y el ejemplo de la Revolución bolchevique, dieron alas a los partidos comunistas recién formados, y abrieron la puerta a una etapa de convulsiones sociales y políticas.