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La Primera Guerra Balcánica
A principios de siglo tres Estados (Grecia, Serbia y Bulgaria)
intentan jugar el papel de potencia regional, aprovechándose de la debilidad
turca y buscando padrinos en las grandes potencias europeas. El
principal foco de fricción es Macedonia, de la que hablaremos más adelante.
A pesar del conflicto latente, las cuatro monarquías balcánicas
(las tres citadas más la montenegrina) son capaces de formar una Liga
Balcánica para acabar definitivamente con el dominio turco en Europa. Esto
llevó a la Primera Guerra Balcánica (octubre de 1912-junio de 1913).
Esta guerra tenía un contenido progresista, porque la liberación
de los territorios ocupados por los otomanos sería también una liberación
social. ¿Cuál era la postura de Lenin?: "Los terratenientes de Macedonia
[principal región ocupada] (...) son turcos y mahometanos; los campesinos,
eslavos y cristianos (...) las victorias de los serbios y los búlgaros significan
socavar la dominación del feudalismo en Macedonia, significan crear una clase
más o menos libre de campesinos con tierra, significan asegurar todo el
desarrollo social de los países balcánicos, frenado por el absolutismo y por
las relaciones de servidumbre"4. En sus artículos sobre la situación en
los Balcanes, Lenin siempre destacaba el reaccionario papel del zarismo y de
la burguesía rusa; un protectorado ruso en la península sería –decía–
"la protección del gallinero por la zorra"; bien lo sabían los
pueblos polaco y ucraniano, que eran oprimidos por la bota zarista, malamente
pintarrajeada con los colores de la "fraternidad eslava".
Esta vez la acción y unión de los países balcánicos tenía cierto
peligro para las grandes potencias. Gran Bretaña, como sabemos, era aliada
del Imperio Turco. En cuanto a austro-húngaros y rusos, "en el fondo,
los dos rivales tradicionales eran partidarios de mantener la paz: Rusia no
tenía ningún deseo de ver entrar triunfante en Constantinopla al zar de
Bulgaria o al rey de Grecia, y los austro-húngaros pensaban que, si se
erigían en defensores de la nacionalidad olvidada, Albania, podían conseguir
una victoria diplomática e impedir que Serbia se estableciese en las costas
del Adriático"5. Rusia, supuesta valedora de los países ortodoxos,
necesitaba evitar, para mantener e incrementar su control sobre la zona, que
ningún Estado se hiciera excesivamente poderoso; mucho menos podía permitir
una unión de todos los países balcánicos, una Federación Balcánica.
Las potencias europeas se reunieron en diciembre de 1912 con los
países en guerra, para intentar parar un conflicto que veían peligroso e
imponer sus intereses. Sin embargo, no lo consiguieron y la guerra duró cinco
meses más, hasta conseguir arrinconar al Imperio turco a una parte de la
Tracia, la actual Turquía europea. Albania, que al calor de la guerra se
había rebelado contra los otomanos, surgió como país apoyada por
Austria-Hungría e Italia.
Esta guerra puso sobre la mesa la posibilidad de una Federación
Bal-cánica, que habría supuesto un enorme paso adelante para el desarrollo
del capitalismo en la zona y para la solución de los problemas nacionales.
Sin embargo, esta salida estaba prácticamente descartada, en el marco de una
feroz crisis del capitalismo internacional, que llevaba a cada potencia
imperialista a defender con uñas y dientes sus mercados y zonas de influencia
y a luchar por arrebatar los ajenos (y que, un año después, desembocaría en
la I Guerra Mun-dial). El derecho al desarrollo nacional y a la independencia
nacional no existe en la etapa imperialista del capitalismo, salvo para los
países capitalistas avanzados.
Por otra parte, el protagonismo en la guerra de las
reaccionarias castas monárquicas y de la burguesía constituía un peligro, el
de que se impusiera la lucha por los intereses chovinistas de cada monarquía
frente a la lucha social. Tal y como explicaba Lenin, "los obreros
conscientes de los países balcánicos fueron los primeros que lanzaron la
consigna de solución democrática consecuente del problema nacional en los
Balcanes. Esa consigna es: República Federativa Balcánica. La debilidad de
las clases democráticas en los actuales Estados balcánicos (el proletariado
es poco numeroso, los campesinos están oprimidos y fraccionados y son analfabetos)
ha conducido a que la alianza, imprescindible económica y políticamente, se
haya convertido en una alianza de las monarquías balcánicas"6, y
"la liberación completa respecto de los terratenientes y del absolutismo
tendría como resultado inevitable la liberación nacional y la plena libertad
de autodeterminación de los pueblos. Por el contrario, si pervive el yugo de
los terratenientes y de las monarquías balcánicas sobre los pueblos, seguirá
existiendo, también inexcusablemente, en mayor o menor grado, la opresión
nacional"7. Como efectivamente ocurrió.
Y no sólo eso. Las ambiciones de las clases reaccionarias en
Macedo-nia motivaron la Segunda Guerra Balcánica (de junio a julio de 1913),
que desde luego no tuvo nada de progresista. Sólo un mes después de firmar la
paz con los turcos las tropas serbias y griegas (junto a las rumanas) se
enfrentaron a las búlgaras, con las que acababan de compartir trincheras.
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