|
Guerra revolucionaria en Yugoslavia
De hecho, no se trataba de un ideal, sino de una realidad. La
Resistencia llevó a cabo una guerra revolucionaria en los territorios que iba
liberando. Una vez eliminada en una aldea, ciudad o zona la autoridad del
ocupante o de sus títeres, era sustituida por un Comité Popular de Liberación
(CPL). Las grandes empresas no tenían dueño, ya que los burgueses acompañaban
a los vencidos en su retirada, así que la única posibilidad de mantener la
producción era controlarla y planificarla, por parte del CPL. Algo parecido
ocurría con las tierras, que eran socializadas o repartidas. Esta política
fue la clave para ganar un apoyo de masas, especialmente entre los
campesinos, y con él la guerra.
La composición nacional del MLN reflejaba cómo ese programa era
capaz de unir a las diferentes nacionalidades y de vencer al clima de odios
nacionales y sectarismo promovido por los ocupantes y los chetniks. El
44% de los militantes eran serbios, el 30% croatas,
el 10% eslovenos, el 5% montenegrinos y el 2,5% macedonios y eslavos
musulmanes.
En varias ocasiones Tito ofreció a organizaciones burguesas como
la de los chetniks la colaboración, la creación de un frente popular,
como la que habían formado los partisanos comunistas en Francia e Italia. En
palabras de V. Dedijer, militante del PCY: "Propusimos a ciertos
partidos la creación de un frente popular para la independencia nacional, la
democracia interior y la mejora de las condiciones de vida. Pero la mayoría
de los partidos burgueses iban a remolque de las grandes potencias y
descuidaban los intereses de la madre patria; rechazaban por tanto cualquier
propuesta de colaboración, incluso la de participar en un frente popular, por
el miedo de que allí existiera algún peligro para ellos (...). Las gentes del
pueblo se agrupaban en torno a nuestro programa y el partido comunista se
convirtió en una gran fuerza patriótica y revolucionaria"14. El carácter
extremadamente reaccionario de la oposición monárquica en el exilio le
impidió aceptar, no ya una Yugoslavia republicana, sino siquiera un
referéndum para decidir el tipo de Estado... hasta septiembre del 44, momento
en el que comprende que la correlación de fuerzas es abrumadoramente
favorable a los comunistas.
La población (en especial la campesina), no sólo veía al MLN
como revolucionaria, sino como profundamente patriótica; de hecho era
patriótica porque era revolucionaria; la única forma de conseguir una
Yugoslavia con apoyo de masas, sin divisiones nacionales, y libre de las
tradicionales maniobras de las potencias capitalistas, era transformando la
sociedad.
El 26 de noviembre de 1942 se reúnen en Bihac (la capital
bosnia) representantes de todos los Comités, formando el Consejo Antifascista
de Liberación Nacional de Yugoslavia (AVNOJ). Se trataba de una especie de
asamblea nacional surgida desde los órganos de poder obrero y campesino,
aunque dirigida por un liberal (el croata Ivan Ribar). El AVNOJ aprobó un
programa que, además de elecciones libres y de una federación de repúblicas
iguales en derechos y con amplias competencias, garantizaba la propiedad
privada.
Pero los acontecimientos forzaban a la ruptura con el
capitalismo. Las fuerzas objetivamente interesadas en este sistema de
explotación, o bien estaban en retirada según avanzaba la liberación, o bien
se nucleaban en torno al Gobierno monárquico exiliado en Londres, cuyo único
papel en la Resistencia fue apoyar a los desprestigiados chetniks. La
única forma de mantener el capitalismo era la imposición militar extranjera,
como de hecho ocurriría en Grecia. |