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La II Guerra Mundial
La crisis capitalista, redoblada a partir de 1929, y el fracaso
en extender la Revolución Rusa a toda Europa y China, abrieron las puertas al
horror de la guerra. Esta vez la carnicería se adueñó de casi todo el
planeta, multiplicando la sangre derramada y la barbarie de 1914-18. Era
imposible que una zona estratégica como los Balcanes se pudiera mantener al
margen del enfrentamiento imperialista entre Alemania e Italia, por un lado,
y Francia y Gran Bretaña, por otro. En 1939 las tropas de Mussolini invaden
Albania en un paseo militar, y un año después descienden a Grecia para
ocuparla, sufriendo ahí la primera derrota militar del Eje. Los nazis son
obligados, por la debilidad de sus aliados fascistas, a invadir el país
helénico, en 1941. Bulgaria se convierte en aliada del Eje (a cambio del permiso
nazi para apoderarse de Tracia y Macedonia); la situación en Yugos-lavia es
diferente.
En los últimos años la dictadura del príncipe Pablo, regente
yugoslavo tras el asesinato de Alejandro I, había tenido una política de
acercamiento hacia la Italia fascista. El 27 de marzo de 1940, inmediatamente
después de que el príncipe Pablo se adhiriera al Pacto Tripartito entre
Alemania, Italia y Japón, el general serbio Bora Mirkovic, partidario de
romper con el Eje, toma el poder, en un ambiente de grandes manifestaciones
antifascistas en Serbia y Croacia. Diez días después comienza la agresión
nazi, con el bombardeo masivo de Belgrado. El Ejército yugoslavo sólo resistió
ocho días; su carácter se ve reflejado en su negativa a decretar la
movilización general por temor a armar a los trabajadores y campesinos.
Las tropas alemanas, italianas, búlgaras y húngaras, ocupantes
de Yugoslavia, desmembraron el país y utilizaron en su beneficio el odio
entre los diferentes pueblos, acumulado durante veinte años. Italia se
apropió del sur de Eslovenia, la costa dálmata y Kosovo. El norte esloveno
fue para Alemania, la Voivodina para Hungría y la Macedonia yugoslava (como
la griega) para Bulgaria. Del resto, se crearon tres Estados: la Gran
Croacia, una Serbia reducida y un Montenegro sometido a Mussolini. La
creación de la Gran Croacia (que incluía a Bosnia), por parte de los nazis,
tenía como objetivo conseguir un apoyo de masas entre la población croata.
Mientras en Serbia impusieron un Gobierno colaboracionista dirigido por el
general Nedic, en Croacia dieron el poder a Ante Pavelic y sus ustasha
(terroristas ultranacionalistas organizados desde 1929 y financiados por
Italia y Hungría). |